¿Es necesario beber dos litros de agua para que nuestro cuerpo funcione bien?

¿Es real que beber dos litros de agua es necesario para que nuestro cuerpo funcione bien? En teoría, vamos a necesitar un mililitro por cada caloría ingerida, por lo que en primer lugar, vamos a ver que el consumo de agua como de alimentos, depende del peso corporal y la dieta. No es tanto de números fijos, sino que es relativo a la condición particular.

Hidratarse, no es únicamente cuestión de beber agua. Casi todos los alimentos contienen agua, de ahí que las necesidades hídricas calculadas teóricamente al final se ven disminuidas en medio o un litro. Entonces, ¿tiene sentido beber más líquidos de los necesarios?

En base a investigadores de la Universidad de Pensilvania en personas sanas un aumento del consumo de agua por encima de las necesidades no implica una mejora de la salud. Eso sí, en personas que vivan en climas secos y cálidos y en deportistas este aumento si se debe de llevar a cabo.

Los investigadores, también advirtieron de otros mitos asociados al mito de que es necesario beber dos litros de agua al día:

• Beber más cantidad de lo necesario, no ayuda a eliminar más toxinas: sí, es verdad que los riñones eliminan las toxinas, pero independientemente de cuanta agua se ingiere. Así beber más agua no eliminaría más toxinas, sino que sólo haría que orinásemos más.

• El consumo de agua aumenta el tono de la piel: es otro mito en torno al consumo de agua pero según los autores del estudio no se han encontrado pruebas científicas de que beber más agua mejore el estado de nuestra piel. Con cumplir los requisitos mínimos, sirve para tener a la piel en un estado adecuado.

• En cuanto a los mitos que dicen que beber agua reduce la jaqueca y causa saciedad tampoco encontraron estudios que demostrasen tales afirmaciones. En base a mi punto de vista, consumir una mayor cantidad de agua sí que conduce a un estado de mayor saciedad, otra cosa es que por beber agua vayamos a perder peso.Por tanto, es fundamental que lleguemos a consumir la cantidad necesaria de líquidos para que nuestro cuerpo funcione, pero tampoco exagerar su ingesta porque puede que sea contraproducente.